Chile combina el golf con la tradición del vino

Oct 3, 2018

En 1923, Earl Chapin May, por encargo de The American Golfer Magazine, navegó 5.000 millas náuticas directamente hacia el sur desde Nueva York para explorar el golf en Chile. “Los chilenos no han sentido realmente la picadura de la pasión por el golf. Sin embargo, se encuentra buen golf en Chile, desde Antofagasta, en el Trópico de Capricornio, hasta Punta Arenas, la ciudad más al sur del continente”, decía la crónica de Chapin May, el autor de la serie Golfing Through Latin America.

Casi un siglo después hay 54 campos de golf en este país con una extensión similar a la de Texas y el doble de largo que Alaska, que alberga a 18 millones de habitantes –20.000 de ellos son golfistas— y más de 300 bodegas de vino.

Chile produce vinos de calidad mundial, los cuales maridan perfectamente con el golf.

“El golf está creciendo mucho en Chile y quiero invitar a todos a visitar mi hermoso país”, dijo el chileno de 19 años Joaquín Neimann, que empató en el quinto puesto en el Military Tribute de Greenbrier a principios de julio para asegurarse su tarjeta del PGA Tour para 2019. “Las playas son fantásticas y deben explorar desde lo más al norte, en San Pedro Atacama, hasta lo más al sur, en Patagonia”, agregó.

El joven embajador del golf y la cultura de Chile ya ha competido en tres grandes. Después de clasificarse para el US Open en 2017, recibió una invitación al Masters de este año gracias a su victoria en el Latin American Amateur Championship, que se celebró en el histórico Prince of Wales Country Club de Santiago de Chile.

Este club, situado en las afueras de la capital chilena, fue fundado en 1925 por expatriados ingleses en honro del futuro Rey Eduardo VIII y acoger sus breves visitas al Hemisferio Sur.

El golf es otro de los grandes placeres a disfrutar en Chile.

Los campos de golf de Valparaíso, en la costa del Pacífico, y Antofagasta, en la región septentrional, que datan de finales del siglo XIX, también fueron desarrollados por negociantes ingleses y norteamericanos de una industria minera en apogeo. El campo de Valparaíso, que se conoce ahora como el Granadilla Country Club, ha evolucionado mucho desde sus greenes originales de arcilla, mientras que las calles de Antofagasta ya no están hechas de grava y delimitadas por conchas marinas.

“En este país tienes algo que no hay en mucho lugares del mundo: la combinación de golf y vino”, dijo el chileno Felipe Aguilar, ganador de dos torneos del circuito europeo. El cobre es la principal exportación del país y el vino es una de los cinco productos que más se exportan. “Y hay tantas buenas bodegas en todo el país”, agregó.

Los comentarios de Aguilar recuerdan las observaciones de Chapin May hace 95 años: “Debajo del modesto techo de la casa club del Santiago Golf Club me encontré con un hoyo 19 bien suplido de aguas embotelladas, como un vino chileno delicioso a 15 céntimos por litro”. Dentro de un radio de 200 kilómetros de Santiago hay cerca de 300 bodegas que producen impresionantes y asequibles malbec, suavignon blanc, carmenere y otras variedades locales como país, una uva que trajeron a Chile los misioneros españoles en el siglo XVI.

La gastronomía chilena es tan rica como variada, destacando los pescados de altísima calidad.

La industria vinícola está liderada por visionarios y pioneros, desde Torres en Curicó, fundada por el explorador del vino español Miguel Torres, a la bodega tradicional de Viu Manent en Colchagua, donde José Miguel Viu ha llevado el enoturismo a una nueva dimensión, o el restaurante de Casas del Bosque en el Valle de Casablanca, donde los chefs “cocinan para sus vinos”.

El mismo tipo de visionarios y amantes del vino detrás de Cava Colchagua, el hotel de la familia Ravanal con dos docenas de habitaciones sorprendentemente espaciosas y acogedoras dentro de barricas de fermentación. WineBox, un rompecabezas de contenedores con tamaño de suites, fue concebido por la arquitecta local Camila Ulloa y el enólogo neozelandés Grant Phelps, y preside el puerto de Valparaíso desde el Cerro Mariposa.

Además de esta combinación de golf, vino y hospitalidad, Chile parece contar con una reserva inagotable de pescados frescos, aguacates, cítricos y una prestigiosa tradición culinaria. En definitiva, muchas razones para aventurarse al extremo sur del continente.

Grandes bodegas añejan el mejor vino chileno.

En palabras de Chapin May: “Todos los golfistas norteamericanos que viajen a Chile será recibidos con honores reales por el clan golfístico chileno y encontraran un paisaje y un clima como el Sur de California, solo que vivirán un glorioso invierno cuando haya un verano caluroso en el norte”.

O vivirán un glorioso verano en el sur cuando haya un invierno frío en el norte.

Fuente y fotos gracias a Juan Luis Guillén, reportero de golf, gastronomía y viajes afincado en Estados Unidos
Correo electrónico: juan@golfgusto.com